viernes, 9 de marzo de 2018

Hola bloggueros, soy Daniel del Tolpa, del CRL Hortaleza y os voy a escribir un Blogg de trasfondo religioso sobre la salida de los israelitas de Egipto. Los judíos eran un pueblo apátrida, es decir, que no tenían patria, pues ellos eran esclavos en Egipto. Pero los egipcios, por lo visto, los esclavizaron brutalmente y clamaron a Yavhé, su Dios. Yavhé, que es el oidor de la oración, escuchó el clamor de los hebreos y les envió un libertador, que no era otro que Moisés, el mayor profeta de todos los tiempos. Moisés también era judío, pues los hebreos tenían una costumbre religiosa de circuncidar a todos los varones. Fue abandonado de recién nacido en el río Nilo dentro de un cesto de mimbre y se lo encontraron las hijas del Faraón que se estaban bañando en el río. Fue abandonado porque el rey Herodes había dado orden de matar a todos los varones menores de un año, pues había llegado hasta sus oídos que había nacido el hijo de Dios. Con lo cual Moisés fue criado en la corte del Faraón, pero Yavhé le había encomendado una misión: sacar a los isrealitas de Egipto y conducirlos a través del desierto a la Tierra Prometida, es decir la antigua tierra de Canaán, lo que hoy es Israel.
Moisés con el cayado que le dio Yavhé, hizo grandes prodigios ante el Faraón como convertir el cayado en una cobra que se comía a las cobras del Faraón, rogándole que dejase marchar a los hebreros. Pero el corazón del Faraón era duro y no dejaba marchar a los hebreos. Con lo cual Moisés, con la ayuda de Yavhé le envió al Faraón las siete plagas de Egipto, como convertir el agua en sangre, el pedrisco, la plaga de la langosta, los mosquitos y, la más grave, matar a los primogénitos de todas las casas, entre ellos el hijo del propio Faraón. Moisés llegó incluso a matar a un egipcio porque maltrataba a un hebreo. Con lo cual, ante la gravedad de los acontecimientos, y a pesar de que el corazón del Faraón era duro, no tuvo más remedio que dejar marchar a los hebreos.
Los judíos emprendieron la marcha a través del desierto desde Egipto con destino a la Tierra Prometida a la antigua tierra de Canaán, la tierra que prometió bajo juramento a nuestros primeros padres Abraham, Isaac y Jacob. Una tierra que mana leche y miel.
  Pero la rabia corroía el corazón de Faraón de verse derrotado por un simple cayado y la ayuda de Yavhé. Así que el Faraón ciego de ira ordenó a su ejército partir tras los hebreos con la orden de matar  a todos los judíos, pero a Moisés dio la orden de traerle vivo.
El ejército del Faraón salió en pos de los hebreros con jinetes y con carros y los hebreos llegaron hasta las orillas de Mar Rojo, lo cual les hacía pensar que ya no tenían escapatoria, pues eso parecía un callejón sin salida. Pero Yavhé abrió las aguas y los judíos pudieron escapar aunque los egipcios iban tras ellos pero cuando cruzaron el Mar Rojo Yavhé cerró de nuevo las aguas y los egipcios se ahogaron todos cuando los judíos ya habían conseguido alcanzar la otra orilla.
Tuvieron que cruzar el desierto del Sinaí durante 40 años hasta llegar a la Tierra Prometida. Bebían agua de los oasis y se alimentaban del maná caído del cielo. Pero a veces los oasis tardaban en aparecer y los judíos tenían sed y se producían tensiones porque algunos hebreos se volvían contra Moisés porque decían que en Egipto, aunque eran esclavos tenían comida y agua, y que Moisés les había llevado a morir de sed en el desierto. Entonces Moisés clamó a Yavhé y le dijo que golpease con el cayado unas rocas cercanas. Moisés golpeó dos veces con el cayado las rocas y brotó agua.
Tras los 40 años cruzando el desierto por fin llegaron a la Tierra Prometida, la antigua tierra de Canaán. Yavhé subió a Moisés a una montaña muy alta y se la enseñó, pero no le dejó entrar y allí murió. Aunque la tumba de Moisés nunca ha sido encontrada. La razón que dio Yavhé es que Moisés dudó del poder de Dios pues golpeó las rocas con el cayado dos veces y con una sola era suficiente.
Hoy Israel se asienta en la Tierra Prometida, la antigua tierra de Canaán. La Biblia dice en el Apocalipsis que cuando Israel esté rodeado de ejércitos, unos ejércitos tan numerosos como la arena del mar, será la segunda venida del Mesías, pues Israel es la Tierra Prometida, la antigua tierra de Canaán. La tierra que prometió bajo juramento a nuestros primeros padres Abraham, Isaac y Jacob. El Apocalipsis también habla de la Justicia, la gran ramera, la que se asienta sobre las siete colinas de Roma, la que está fornicando con los poderosos de la Tierra y se ha embriagado con el vino de la fornicación. Pero también dice que la gran ramera también tendrá su sentencia, pues la Biblia dice que no juzguéis y no seréis juzgados, pues con la misma vara que midáis, seréis medidos. Casi todas las figuras jurídicas de los sistemas judiciales modernos vienen del Derecho Romano que es la base de todos los sistemas judiciales modernos. Nuestro Señor Jesucristo fue condenado a muerte por la justicia romana que es la base de todos los sistemas judiciales modernos. Aunque Pilato en un principio dijo que yo no encuentro causa de culpa en este hombre. Lo mandaré azotar y lo soltaré. Y el látigo romano era ejemplarizante. Era un látigo de siete colas con trozos de metal en las puntas y producía unos desgarros terribles. Pues Nuestro Señor Jesucristo no hizo ningún daño a nadie, pues Él sólo predicaba el Evangelio y sanaba a los enfermos, pero la muchedumbre insistió y fue condenado a morir en la cruz porque decía que Él era el Rey de los judíos por lo que le llevaron ante los sumos sacerdotes Anás y Caifás y después le llevaron ante Pilato que se lavó las manos y le mandó crucificar. Sirva este Blogg para dar testimonio a las naciones de que estamos en los últimos tiempos de este sistema de cosas inicuo y de que cuando Israel esté rodeado de ejércitos será la segunda venida del Mesías y de que se va a establecer un reinado milenario de Jesucristo donde la Justicia habrá de morar. El demonio va a ser atado durante mil años para que deje de extraviar y de seducir a las naciones, pues el Evangelio de Mateo dice que en los últimos tiempos se levantará nación contra nación y reino contra reino y habrá terremotos y hambrunas en varios lugares de la tierra y que habrá plagas y epidemias y yo creo que todo se está cumpliendo. Tras el reinado milenario de Jesucristo el diablo será soltado, pero durante un corto periodo de tiempo y los que decidan seguirle serán arrojados junto con él a los abismos durante toda la eternidad. Amén.      

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